martes, 30 de octubre de 2007

Drácula, Príncipe de las Tinieblas 1966


Dirigida, como la del 58, por Terence Fisher y Christopher Lee como el Conde, sólo falta Peter Cushing, haciendo ahora Andrew Keir, como el padre Sandor, de enemigo de Drácula. Al comienzo, queda claro que se trata de la continuación del gran clásico, pues arranca con el fenomenal final de la primera a modo de introducción. La resurrección del Conde Drácula es la mejor de toda la saga que dedicó la Hammer sobre el tema, pues luego siguieron un montón de películas, aunque cada vez más elejadas del Mito y peores: El cadáver colgado sobre el ataúd vierte su sangre sobre los restos del vampiro, y así Drácula resucita nuevamente, es decir, mediante una crucifixión invertida; aún así, esta escena fue censurada, ya que en vez de un corte en el cuello de la víctima (producido por el criado de Drácula), originalmente debió decapitar el cuerpo. Una escena sugerida (se sugiere una violación en grupo) es la muerte de una de las protagonistas que ha sido vampirizada por Drácula, a manos de unos frailes al mando del padre Sandor, cuando los demás la sujetan y él le clava una estaca en el... corazón, y ya muerta su rostro refreja una gran serenidad. Por cierto, antes ser vampirizada, se muestra como una mujer seria, miedosa y respetuosa de su marido, pero tras recibir los colmillos del conde, se transforma en una mujer lidivinosa e insaciable. También se sugiere una propuesta de felación, cuando el Conde, camisa abierta, se araña el pecho con una uña haciéndose sangre, y con un dedo señala para abajo, indicando que chupe la sangre Diana Kent, pero Drácula es sorprendido y tiene que salir por pies. Magnífico también es el final, y muy original, sobre el hielo; tal vez de haber durado un poco más esta escena, hubiera sido tan buena como la del film precedente. La cinta tiene muchas curiosidades, casi incontables, a pesar de durar tan sólo 86 minutos: por ejemplo, que Drácula no articule palabra alguna, tan solamente emita guturales sonidos, y sobre esto hay muchas hipótesis, como que Lee se negó a ello por que sus dialogos eran tan pésimos que no quiso pronunciar palabra alguna; otra habla de un castigo del guionista Jhon Sanson, por tardar ocho años en hacer otra vez de Drácula... otra habla de que así lo quiso Fisher para que pareciera más salvaje, más como un animal... en todo caso, fuese cual fuese el motivo, fue un acierto. También tiene fallos, como cuando cargan el equipaje en el carruaje que manda el criado a la inocente pareja de inglesitos protagonistas de la película; pues cuando llegan al castillo, se ve el carruaje sin tal equipaje, y resulta que aparecen luego en las habitaciones, encima de las camas de huéspedes... Llegaron volando por los aires de los infectos predios del Conde? Se me olvidaba la interpretación que de Ludwig hace un tal Thorley Walters, sobre todo con la escenita de la mosca. Barbara Shelley hace de Helen Kent, y Suzan Farmer de su hermana pequeña Diana Kent, haciendo de sus esposos respectivamente Charles "bud" Tingwell y Francis Matthews; un perfecto elenco para esta casi perfecta continuación del Clásico, y segunda mejor película sobre Drácula de todos los tiempos.

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