Este disco es una puta obra maestra, o casi, pues nada hay inmejorable, ni en el Infierno ni el Cielo. Aquí no hay nada diabólico, a no ser, que el diablo se nos mete en el cuerpo, y que no nos deja parar de movernos al escuchar los doce temas que lo componen, amén de un disclaimer y una intermission.
Esta banda californiana de punk-rock ha batido records de ventas con sus discos, lo que no me extraña, aunque mezclan también el hard-rock y el metal más rabioso, y es que la batería suena de maravilla y gran velocidad. Las canciones tienen una media de tres minutos de duración, concisas y al grano, y con un aire muy alegre y no menos macarra.
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